Enemigos del Alma

Enemigos del Alma

El enemigo es muy sutil, en tal forma que en muchas ocasiones no nos percatamos de que manera nos va separando de nuestra relación con Dios. El enemigo no descansa en su meta de alejarnos de Dios, destruir nuestra alma.  Nos seduce, poco a poco, nos va conduciendo al pecado. Para el pensamiento Judío el “enemigo” significaba, que el hombre se dejaba seducir y aquello contrario a Dios. Y así va actuando en nuestras vidas, poco a poco y sutilmente nos seduce, hasta que cumple su cometido, llevarnos a un camino contrario a Dios. ¿Identificamos las seducciones del enemigo para nuestra alma? ¿Qué hay en tú vida que pueda distraer tú fe?. Algunos puntos pudieran ser: Miedo, indignación, dureza del corazón, no caminar en el amor, falta de perdón, la mente, incredulidad, ignorancia de la Palabra de Dios. En nuestro programa de radio de Algo Sobre Nosotros hablamos al respecto. Sin embargo, hay autores que opinan que de todos, el miedo es el más grave. Es contrario a nuestra fe, implica una falta de confianza en Dios, hasta la ruptura con El. Una de las recriminaciones mas constante de nuestro Señor Jesús, es la “cobardía” de los apóstoles, por eso les llama “hombres de poca fe”. En carta de los hebreos, muy similar dice que los cristianos “no somos cobardes para la perdición, sino hombres de la fe para la salvación del alma”. (Heb 10,39).

La confianza en Dios, es el Misterio por excelencia y la fe implica un “riesgo”. La fe es ver que aquello que es imposible se hace posible!. Por tanto, tener experiencia de eso que se cree imposible requiere cierta valentía, especialmente en estos tiempos.

El seguimiento de Cristo puede terminar en la cruz, en el menosprecio del mundo y amar a Jesús, implica ir más allá de nosotros mismos: amar a los enemigos, poner la otra mejilla, perdonar siempre, bendecir a los que nos maldicen, etc etc etc Este camino requiere valentía, o quizás un amor muy grande que nos haga valientes  capaces de salirnos de nosotros mismos, valientes ante cualquier prueba o circunstancia. Valentía que alimenta nuestro amor, o el amor que nos conduce hasta la valentía. El caso de santos y mártires, por ejemplo. Pero hoy, en nuestros vidas que conduce al hombre?

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