Creo pero no creo?…

A cada domingo nosotros profesamos nuestra fe, expresamos el Credo, que toma su nombre precisamente porque la primer línea dicta: “Creo en….”

afirmamos con la palabra semanalmente lo que se supone vivimos diariamente. El Catecismo de la Iglesia Católica dice que es la respuesta del hombre a Dios ( CIC 142-143) Pero creer implica también someter la inteligencia y voluntad. No es solo la palabra es la vida misma. Acto de fe sellado con la Sangre y Cuerpo de nuestro Señor recibido en la Santa Comunión. Le creo y le recibo o quizás porque le recibo le creo. 

¿Cuál será primero en mi vida?. La fe es una “gracia” (CIC 153) que mueve al corazón del hombre y es un acto humano (CIC 154) porque en si el hombre es capaz de confiar en otros hombres. Pero parece que no es capaz de confiar en Dios!. Entonces ¿creo o no?. Harvey, ha venido a recordarnos que pequeños somos, “nadie sabe el día y la hora”, “estén vigilantes”, “la lámpara encendida”, en fin, cuantas expresiones de nuestro Señor preparándonos para aquello que resultará inevitable. Pero no le creo!. Si le creyera, mantendría “la lámpara encendida”. “Perdonar”, “hacer el bien”, “orar”, verbos activos que concede el espíritu a aquellos que se dejan conducir. Si le creyera, serían parte de mi vida. Recientemente visite una parroquia abierta como shelter para los damnificados del huracán, cuanta generosidad de la comunidad, trescientas familias que cuentan con un techo, con alimento, con cobijo, ropa, atención, etc. Hombres, mujeres, niños  y ancianos, cuentan con la ayuda pero en sus ojos el rasgo de lo inesperado quedó impreso. Su “tormenta” sigue, están fuera de casa y “regresarán al huracán” cuando llegue el momento de dar cuenta de las pérdidas. Una vida de trabajo o el ser querido, se convertirán solo en las memorias de lo vivido. Quien les consolará!. Ahí trescientas familias, afuera miles y miles que viven su tormenta interior cotidiana, entre la murmuración, la frialdad, el egoísmo, el derrotismo, la indiferencia y diferencia entre hermanos, entonces ¿CREO O NO?. Cuanto falta orar! y cuanto obrar en fe!!!. Como en los tiempos de Jesús, le seguía la multitud mientras “revela” el milagro concedido, pero quedan a sus pies unos pocos cuando El nos revela el verdadero Milagro, EL mismo, su Persona, su entrega en SACRIFICO de AMOR. Hoy se repite la historia, vamos en búsqueda del favor, pero quedan unos pocos conscientes de permanecer fiel hasta el final. Creer es fidelidad, entonces ¿creo o no creo?. Ante el Cristo doliente que sigue teniendo sed de nosotros, ante la pobreza humana, ante las tormentas interiores, perdonamos Señor! Benditas pruebas, si con ellas podemos doblar rodillas y rendir nuestro corazón… y tú mi estimado lector, ¿crees o no? El Señor no quiere tu martirio, pero tiene “sed” e invita a responder, es tiempo de hacerlo!. El credo-la fe, “es la respuesta del hombre a Dios”! ¿crees o no?, ¿qué responderás? HOY mas que nunca te invito a responder, unámonos en oración, atrevámonos a responder. 

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